miércoles, 14 de agosto de 2013

PRIMER DÍA

     El primer día llegamos procedentes de Bratislava en el tren de las 9.42 ( hay uno cada hora y dura también aproximadamente una hora. Cuesta alrededor de 12 € y se puede comprar en la ventanilla de la estación principal).
Buscar el hotel fue fácil, gracias a la fabulosa vista de Mª José (mi querida esposa jajaja) que lo divisó justo al salir de la estación. Se trata del hotel Delta, un 4 estrellas en oferta al que le sobra una según mi gusto. En la recepción dimos comprar la Vienacard, que permite el uso del transporte público y hace descuentos en los principales monumentos. Una vez que nos quitamos los bultos decidimos echarle valor, la temperatura era más propia de Sevilla que de una ciudad centroeuropea. Fuimos a buscar la parada más cercana de metro  S.P. hauptbahnhof  ( línea U1) y en tres paradas ya estábamos en la catedral de San Esteban.
    La entrada es gratuita y el horario amplio ( de 6:00 a 22:00h ), si bien las últimas horas estaban reservadas para la opera que vendían unos jóvenes vestido de Mozart que se colocan cerca de la entrada principal, con uno de ellos tuve mi primera experiencia sevillista,
 me suele pasar porque casi siempre llevo una camiseta del Sevilla F.C, ya que uno la reconoció y me recitó media alineación, incluido el último fichaje.
    Del templo destaca la aguja de su torre mayor que llega a los 137m (se puede subir) y el tejado de 250.000 azulejos en los que se representa el águila bicéfala emblema del imperio austrohungaro.
    Desde aquí, empezamos nuestro recorrido a pie. Lo primero fue comprar un buen mapa (3€). Nos dirigimos  a la Iglesia de San Pedro, inspirada en la de Roma. Me gustó más su interior, especialmente los frescos de su gran cúpula , altar y el púlpito. De camino al primer Palacio, nos encontramos con la Pestsäule, columna barroca que celebra el fin de la peste.
Ya frente al palacio entramos a la la Iglesia de san Miguel, la iglesia de la corte.

    Ya era hora de reponer fuerzas y fuimos a un bar de la kohlmarkt, distinguida calle peatonal de tiendas de diseño que permite ver con mejor perspectiva la cúpula principal del palacio de Hofburg. como anécdota puedo contar que al pedir la comida (se podía ver en una vitrina estilo buffet) pedí "yellow rice" y una pequeña camarera oriental me contestó que eso era "pael-la" y para colmo cuando le dije que me abriera la cerveza con el abridor, lo hizo con la mano y sacó músculo ante las risas de la la cola que esperaba (los tapones aunque metálicos son de rosca). Solo pude decir en español que menos mal que no me vió mi mujer jaja. Ella tomó una ensalada cuyo plato o molde era pan crujiente.








   Con energías renovadas entramos al palacio, dudamos entre entrar al espectáculo de caballos de la escuela española de equitación o los aposentos de Sisi y las cuberterías y servicios de mesa del palacio. Nos pareció más novedoso estas últimas ( unos 7€ con descuento). se hace con audioguía y me llamó más la atención la desdicha de la superficial princesita y la de su austero y trabajador esposo que los excesos lujos de las fiestas de la corte. Salimos rodeando las fachadas del palacio que es inmenso.


    Integrados con el palacio se encuentran también la Biblioteca Nacional, un jardín con la estatua de Mozart, invernaderos, museo Albertina, una puerta exterior al estilo de palacio clásico y la Iglesia Agustina de la que destaco un sepulcro real.
    Seguimos caminando hasta la Iglesia de los monjes menores franciscanos. Una de las primeras iglesias góticas de Austria. En su interior hay una copia de la "Última Cena" de Da Vinchi que mando hacer Napoleón para dar el cambiazo a la de Milán, que precisamente no vimos en nuestra visita a dicha ciudad por necesitar cita previa de varios días. Salimos y nos dirigimos hasta la plaza Freyung en la que se puede observar una fuente y la Iglesia Escocesa.A partir de aquí, y tras un capuchino y un pastelito, debiamos de darnos prisa para seguir el itinerario de Iglesias para cogerlas abiertas. Las primeras fueron las de Jesus am Hof que se encuentra en una amplia plaza en obras y la de María am Gestade en la que destaca su torre y altar gótico (cerraban a las 18:00)

      Siguiendo la calle salvatorg. llegamos a la plaza Hoher markt, la plaza más antigua de la ciudad, contiene ruinas romanas, la fuente nupcial y un reloj escultórico de bronce que une dos edificios y del que salen personajes históricos cada hora. Continuamos hasta la Iglesia  románica de San Ruperto       ( s.XI ), que no pudimos visitar porque se encontraba cerrada (abre sólo de 10 a 13h. de L. a V.). Las siguientes Iglesias que visitamos se consideran de las más ornamentadas de Viena: la Iglesia de los Jesuitas ( cierra a las 18:30) y la Iglesia de los Dominicos (a las 19h). Si todavía tenéis fuerzas podéis ir hasta el Stad-park que está sólo unos pasos. Nosotros cambiamos el plan por un batido helado en el Macdonald de detrás de la catedral para guardar fuerzas.




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